Zanele no ve los toros desde la barrera. En su caso pasan delante de su puerta a diario. Son los toros de la intolerancia, el racismo, el machismo, el patriarcado y el sexismo. Las bestias de la visión heteromasculinas que se encargan de etiquetar a una mujer, negra y lesbiana, intentando apartarla de la sociedad.
Zanele no ve los toros desde la barrera. En su caso pasan delante de su puerta a diario. Son los toros de la intolerancia, el racismo, el machismo, el patriarcado y el sexismo. Las bestias de la visión heteromasculinas que se encargan de etiquetar a una mujer, negra y lesbiana, intentando apartarla de la sociedad.
Pero Zanele Muholi no se esconde.
Ella es activista visual. Su arte es político y como tal no es capaz de dejar indiferente. Sus obras están repletas de amor, no se esconden, resplandecen de manera autónoma. Utiliza la fotografía como lenguaje de expresión y arroja a la mirada del espectador las situaciones que conforman su identidad, sus lecturas son múltiples pero el amor se esconde detrás de todas ellas.
Amor por una vida que ha sido injusta, “he tenido que ir a más funerales de amigas que a fiestas” comentó durante la rueda de prensa que presentó el proyecto que podemos ver hasta el día 20 de Enero en Casa África en la capital Gran Canaria . Es capaz de desafiarnos irónicamente. Entretejer un gran mosaico de rostros que son capaces de generar la duda de la razón, o esconder el contenido de la realidad política de su país en un inocente roce espalda con espalda.
Su trabajo no deja indiferente es fresco y real pero sin edulcorantes. Un trabajo que desde su orilla ayuda a crear comunidad, a sacar del ostracismo una realidad que cambia en todos los rincones del planeta.
0 comentarios:
Publicar un comentario